Relatos de un Striper

Relatos de un Striper ( El Encuentro )

  
(Striper - Relatos Eroticos Cortos)


Tras lo ocurrido en la fiesta navideña, pasaron unas dos semanas antes de volver a encontrarme a Ivonne. Ocurrió nuevamente en la cafetería, de la universidad, esa mujer me habia vuelto loco, su cuerpo sus caderas...

La vi sentada, sola en una mesa. Me acerqué y me senté a su lado. Al verme llegar, se puso nerviosa y agitada. Nada más sentarme me dijo alterada 

¿Qué haces aquí? Lo que ocurrió en la fiesta nunca mas volverá a ocurrir. Soy una mujer casada. Te recomiendo que me dejes en paz.

Me di cuenta que aquella mujer volvía a mostrar el carácter irascible de antes. Lo ocurrido en la fiesta había sido una alucinación. Me percaté que nuevamente volvía a mostrarse bastante decidida y contrariada conmigo. Intentando reponerme le contesté: -Pues,  ¡yo quiero volver a coger!

La mujer se alteró, levantándose de la mesa al instante: creo que te lo he dejado bien claro. ¡¡No me Moleste más!  Exclamó tajantemente. Luego, se dirigió a la caja para pagar, se marcho y me dejo ahi sentado.

En los días siguientes me evitó a toda costa. Me di cuenta que aquel encuentro, se produjo como consecuencia de un momento de locura de aquella mujer, pertinaz, que quizás nunca más volvería a ocurrir. Tanto es así que dejó de acudir a la cafetería de la universidad durante varios días. 

Pero soy bastante intenzo. Investigué y me pude enterar que Ivonne solia llegar en autobús, el cual paraba a una cierta distancia de la falcultad de ingenieria. Llevaba mas de dos meses desde nuestro encuentro, y ansiaba volver a tener aquella mujer!

Una tarde, la esperé a que se bajara del autobús. Al verme, se quedó realmente sorprendida: -¿Qué haces aquí?  ¿Me estas vigilando..intezo! ?

 -¿Y, tú? ¿Me estas evitando? Quiero volver a coger!. Le repetí nuevamente.

 Me miró a la cara en plan de autentico reproche, pero No me contesto. Se limitó a dirigirse a su facultad, seguida de cerca por mí. Al llegar cerca ala puerta de entrada, se detuvo y volviéndose, nerviosa ante la cercanía de sus compañeros de clase, me dijo: ¿quieres que llame a la Policía? 

-Me da lo mismo. ¡Quiero que seas mía de nuevo! Le volvía a repetir sin inmutarme.

 Creo que mi decisión la dejó sorprendida. No se esperaba que fuera tan decidido. Me miró retadoramente, como si intentaba doblegar mi voluntad. Pero, ante mi posición invariable, desistió. Le quedó claro que no iba a cesar en el intento. Se paró para decirme algo, pero decidió entrar a su clase. Al día siguiente la esperé de nuevo a la bajada del autobús. Pero Ivonne mantuvo su actitud, entrando a la universidad sin darme respuesta, ni conversación alguna.

 Y así ocurrió durante 1 mes aproximadamente. luego la volvi a esperar, pero esta vez a la salida de la universidad en la noche. Se quedó nuevamente sorprendida. 

¿Otra vez aquí? Marco!, voy a tener que tomar medidas contigo!, ¡esto es un verdadero acoso!.- me contesto.

Sin embargo, me di cuenta que no reaccionó tan alteradamente como otras veces. Mientras recorría el trayecto hasta donde tomaba el bus, la seguí a su lado. Note que comenzó como a sofocarse. Me miraba de vez en cuando sin decirme nada. Me percaté que iba pensando. La note agitada. A veces se paraba, me miraba, y luego continuaba. Faltaban pocos metros para llegar a la parada. De pronto se detuvo en seco. Se giró hacia donde estaba y me  dijo: ¿Dónde tienes tu carro ? 

Muy cerca.  Le conteste, sorprendido de que su cambio de actitud. 

Al ver que se dirigió hacia el lugar donde le había dicho que tenía estacionado mi vehículo, la seguí de cerca. Cuando alcanzamos el carro, que tenía estacionado a escasos metros de la parada del bus, ella abrió la puerta del copiloto y entró y se sentó. 

¿Dónde quieres que vayamos? le pregunte. No sabía lo que pretendía. Pensé que quería que la llevara a su casa en ese momento.

Ella me miró a la cara, observando en su mirada un nuevo cambio de actitud. La mujer parecía haberse vuelto a transformar. Percibí cierto morbo y excitación en su rostro... ¿Dónde podamos estar a solas? Me contesto sin mediar más palabras. 

Me quedé alucinado y casi perplejo. La miré. Ese día portaba una blusa blanca con botones, y una minifalda negra. Era una mujer a la que cualquier vestimenta le queda bien. ¡Estaba para comérsela! Rápidamente pensé en las posibilidades. Recordé la existencia de un motel cercano fui rapido para evitar que cambiara de opinion, me encontraba agitado y sin creerme lo que me estaba ocurriendo. En silencio nos dirigimos al motel. 

Ya dentro de la habitación, observamos que era bastante acogedora, Disponía de una cama bastante grande, con unos espejos laterales de grandes dimensiones. Note la excitación de la mujer ante la presencia de los mismos, pero no me realizó comentario alguno. pedi unas cervezas para que tomaramos algo ya luego Tras cerrar la puerta, me dirigí a ella, y tomándola por la cintura, acerque mi boca y la bese, diciéndole: ¿esta preciosa?  

No veo la hora de tenerte totalmente desnuda para mi. 

La mujer no me contesto, pero tampoco se opuso a mis besos, simplemente, comenzó a retirarse la falda, y luego la blusa, quedando únicamente en lencería interior. Yo fui haciendo lo propio, quedándome únicamente en ropa interior. Cuando ella observó mi pene que sobresalia, note su enrojecimiento. A esas alturas, el bulto de mi falo era manifiesto, demostrándole que me encontraba bastante excitado. 

Me acerqué de nuevo y volví a besarla, notando que comenzó a relajarse, constatando que parecía estar nuevamente receptiva. El calor corporal de su cuerpo me pareció sumamente elevado. Mientas la acariciaba, logré retirarle su sostén, sin protestas por su parte, apareciendo dos pechos de buen tamaño y de gran firmeza, rematados por dos pezones de color rosa. Cada vez estaba más convencido de que tenía delante de mí a una tremenda hembra. 

Mis manos se apoderaron de sus senos, y luego mi boca comenzó a lamerlos y succionándolos despacio, ante los gemidos de Ivonne. 

Viendo que aquella mujer parecía entregada, no tarde mucho en bajar mi mano, pasándola por su obligo, acariciando el mismo, hasta ir descendiendo, hasta llegar a la altura de su bragueta. Metí mi mano por encima de la misma, bajando, acariciando su monte de venus, hasta alcanzar los labios vaginales. Al contacto de mis dedos con su zona vaginal, la mujer se agitó y me beso ardientemente. Me di cuenta que estaba supercaliente y mojada.  

Mucho más que durante nuestro primer encuentro. 

Fue ella la que entonces tomó la iniciativa, me quito los canzolcillos y tomo mi verga en sus manos. oh marco mira Cómo la tienes!…. Exclamo ante la erección que ya mantenía. 

-te gusta preciosa. Es toda tuya, cometela bebe... 

La mujer comenzó a masajear mi pene pasando su mano por todo el falo de arriba abajo, como si quisiera volver a comprobar sus dimensiones. Unos minutos después, alcanzó mis testículos. Noté un suspiro, como de sorpresa. Me di cuenta que se había agitado al verificar que parecía tenerlos repletos. Los palpó detenidamente, acariciándolos una y otra vez, preguntándome algo extrañada: ¿Cuánto hace que no te vienes? 

-Casi dos semanas. Le conteste. 

-¿Tanto? ¿No lo haces con tu Novia? - me pregunto extrañada. 

-Ella y yo hemos tenido inconvenientes ultimamente y no hemos estado juntos hace varios dias. 

No hizo comentario al respecto. Siguió manipulando mi verga en su mano, volviendo a tomar de nuevo mis testículos, ya que parecía estar alucinada con los mismos. 

Por mi parte, le había logrado bajar su bragueta, y mis dedos comenzaron a hurgar el interior de su vagina. Esa acción la hizo revolverse sobre sí misma, agitada ante mis manipulaciones. Me miró lascivamente, note su mirada ansiosa, anhelante. Me volvió a confirmar que aquella mujer estaba deseando ser penetrada. 

De hecho, se mostró entregada, sumamente excitada. Parecía como si me estuviera pidiendo con la mirada que la clavara ya. Pocos momentos después, fue ella misma la que me lo pidió: -¡Quiero que me penetres ya! al tiempo que se echó sobre la cama, abriéndose de piernas totalmente, mostrándome su vagina humeda. 

Ella vio como mi verga se terminó de poner dura como mástil, y sin decir nada más, llevó de nuevo su mano hasta mi falo, y se la metio toda hasta el fondo...dio un gemido de placer intenso en ese momento y me volvió a mirar a la cara, yo observaba aquella mirada de mujer en celo mientras la penetraba una y otra vez fuertemente, Me volvió a besar ardientemente. Resultó evidente que la mujer estaba con una calentura de mil demonios. No solo la temperatura de su cuerpo era elevada, su boca ardía, parecía fuego. 

Los besos, abrazos y caricias, llevaron a la mujer a acurrucarse dándome la espalda en la cama despues de varias penetraciones, colocándose en posición fetal. Mi verga pujaba continuamente contra su trasero, la cabeza de mi pene quedó a las puertas nuevamente de su vagina. Ivonne se agito al sentir mi glande introducirse otra vez entre sus labios vaginales. al mismo tiempo mis besos en el lóbulo de sus orejas la lubricaban cada vez mas. 

-Oh .. las has metido toda marco!... me tienes muy caliente estoy apunto de venirme!...exclamó débilmente al sentir mi verga introducirse nuevamente en su vagina. 

Continué hasta introducir varias veces mi verga en su ardiente vagina...Ivonne estaba entregada y deseosa de que la continuara follando. Se comenzó a mover igualmente, echando su trasero hacia atrás, yendo al encuentro de mi pene. Estábamos tirando delicioso, y ella podía notar claramente la dureza y el palpitar de mi verga. 

Tras varios minutos de frenetico sexo, Ivonne comenzó a mostrar los signos de su inminente orgasmo. Apretó las paredes de su vagina sobre mi verga, como si pretendiera estrangularla, logrando con ello que mi excitación aumentara, por lo que la deje totalmente a dentro, extremadamente dura, mientras ella comenzó los movimientos que la convulsionaron, mientras alcanzaba el clímax total entre gritos, gemidos y movimientos alocados, que no reprimió en ningún momento. Grito y me dijo de todo mientras llegaba al orgasmo. Me apretó tanto el pene con sus músculos vaginales que tambien me hizo venir de una manera deliciosa! 

Por fin, note como las paredes de su vagina afloraron, signo evidente de que había alcanzado un segundo orgasmo nuevamente. Pese a todo, tras unos minutos de relajación, continue entrando y sacando mi verga, viendo como la mujer volvió a colaborar. En la misma posición en que nos encontrábamos, yo detrás de ella, la mujer logró alcanzar dos orgasmos más, terminando casi extenuada. Me salí de ella, le permití que se recuperara un poco. Su cuerpo estaba sudoroso, viendo el intenso color rojo de sus cachetes por los cuatro orgasmos recibidos. Me miro, mostrándome una cara de auténtica satisfacción. Me sonrió, diciendo: No pensé que pudiera venirme tantas veces. ¡Vas acabar conmigo! 

Luego se giró, echó un vistazo a mi verga, y al verlo aun totalmente erecto, me miró diciendo: marco … ¿todavía sigues así? 

Sin contestarla, la volví a besar, logrando que accediera colocarse boca arriba, lo que aproveché para meterme entre sus piernas. Sin prologo, en posición misionero, clave de nuevo mi verga en su enrojecida y caliente vagina, esta vez mas profunda y fuertemente. 

Oh .. otra vez No Marco! … no puedes! …maldito que rica y grande la tienes… 

Mientras la penetraba la besaba con pasión, intensificando cada vez más mis clavadas, logrando que poco a poco fuera acallando sus protestas, viendo como comenzó a colaborar abriéndose más, e incluso atrenzo sus piernas alrededor de mis caderas, para que mi verga se alojara más profundamente en  ella. La intensidad de mis penetraciones, hacia estremecer todo el cuerpo de la mujer. 

El intenso calor vaginal, me enardecía, y más incrementaba mis ansias de penetrarla sin parar. Mi falo mantuvo una erección constante, con una dureza que no recordaba en todo momento. 

La penetraba con tanta fiereza, que estaba como loco. Tras algunos minutos de férrea y frenética penetración, clavándole mi verga una y otra vez, abriéndola cada vez más, me percaté, que no podía aguantar más. Me iba a venir muchisimo otra vez... Dude entonces, si hacerlo dentro o fuera. La mujer se dio cuenta de ello. Me miró fijamente a los ojos, mientras soportaba mis embestidas diciéndome: Marco…no puedes hacerlo dentro…. Sin embargo, no lo dijo muy convencida, o al menos casi sin reproche. 

No le di tiempo a terminar la frase, ya que sintió la primera carga de leche caliente dentro de su vagina. Mientras terminaba de hablar mi verga seguia lanzando su preciada carga. Y tras esta, la segui penetrando parecia loco!…La intensidad de mis penetraciones no descendieron. Mi agitación fue mayor al comprobar como la mujer se abrió mejor cuando sintió como la regaba con mi semen. Se atrenzo a mi cuerpo, lo que permitió que mi eyaculación fuera bastante profunda, mientras continue soltando ingentes cantidades de mi espeso semen. Mi satisfacción era manifiesta. Estaba regando esa ardiente vagina de aquella mujer casada. 

luego al terminar Nos quedamos unos momentos descansando sobre la cama, casi media hora. Al ver que la mujer miró el reloj, le pregunté: ¿te esperan en casa? ella me dijo que si pero que hiba a pensar en lo que hicimos esta noche todo el tiempo...me abrazó diciéndome: ha sido delicioso. ¡No pensé que me lo volvieras hacer tan rico! La besé y le dije puedes llamarme cuando quieras y lo volvemos a repetir amor...ella Se sonrió y nos quedamos recostados sobre la cama, descansando un rato mas...

  

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